28 may 2011

'Agua para elefantes'

Escena de la película Agua para elefantes


Señores y señoras, damas y caballeros, a todos, muy buenas tardes y bienvenidos al circo.

Hace varias semanas que tenemos a nuestro servicio en la gran pantalla una nueva producción envuelta en la magia del circo, se trata de una película dirigida por Francis Lawrence y luce bajo el nombre Agua para elefantes. Está basada en un best-seller de Sara Gruen.

Con esta nueva producción encontramos un perfecto triángulo amoroso que desencadenará la trama general y de fondo estará la presencia del circo en momentos tan difíciles como los años treinta, con la Gran Depresión.

Robert Pattinson encarna al protagonista, Jacob, un joven estudiante de veterinaria sin ningún tipo de recursos económicos y con una tragedia personal acuestas de la que no consigue reparase. Esto le hace vagar sin rumbo, de manera un tanto impulsiva y así es como sube al tren del circo de los hermanos Benzini. Abatido tanto emocional como económicamente es aquí, a través del circo y el espectáculo, donde intenta encontrarle un nuevo sentido a su vida.

Tras la aprobación de August, el férreo propietario del circo, el joven se unirá a la gran familia circense haciéndose cargo primero de tareas muy desagradables, para luego pasar a encargarse del cuidado de los animales y ejercer como un gran veterinario.

En este ambiente Jacob hará nuevos amigos y además conocerá al amor de su vida, Marlena, que es la mayor estrella del circo y la esposa de August.

A mi parecer, el circo no es más que el entorno de la historia. No ocurre como en otras producciones como por ejemplo El mayor espectáculo del mundo de Demille o El fabuloso mundo del circo, donde el trapecio, la magia y las risas son el hilo del que pende la historia.

Pero si he de destacar que el entorno circense como los animales, la carpa o los trapecistas benefician enormemente la historia amorosa y la enriquecen dándole un toque especial y distinto a la película.

Otro punto que hace que la producción sea más interesante y se aparte un poco del público infantil es el claro reflejo de los años treinta. Tiempos de muchas crudeza debido a la crisis económica mundial.


El circo de los hermanos Benzini es uno de tantos circos en vías de extinción y necesitado urgentemente de algún gran show que logre atraer al público en masa y lo rescate de una más que presumible quiebra.

Esta tarea le brinda, a nuestro protagonista, la posibilidad de estar más cerca de Marlena, la estrella del espectáculo, y de la que se siente atraído inmediatamente.

Pese a la cautela de Marlena, ésta no tarda en darse cuenta que ambos comparten un fuerte vínculo con los animales, y eso es lo que terminará acercándolos, pese a la insalvable barrera que supone su matrimonio con August.


Los sentimientos del uno hacia al otro crecen rápidamente y cuanto mayor sea esa atracción, mayor será también el peligro a ser descubiertos. Cuando esto ocurre August intenta terminar con la vida de Jacob pero el final es bien distinto. El amor siempre triunfa y las malas acciones de August le pasan factura y terminarán, de manera un tanto trágica, con su vida.

Considero que aunque la trama sea previsible desde sus inicios, es un drama muy conseguido y no permite ningún hueco para el aburrimiento. Por lo tanto es una historia que no pierde interés en ningún momento.

El mejor personaje de la película a mi parecer es Christoph Waltz, que encarna a August. Se trata del personaje más controvertido, en ningún momento sabes a ciencia cierta cual será su pensamiento y su acción final. Muestra dos caras bien distintas. Es respetado y a la vez temido por todos sus empleados. Hay momentos en los que llega a simpatizar pero hay otros, en los que saca su lado más oscuro y llega a ser repudiable.

A propósito de este personaje he de destacar la presencia de varias escenas de violencia de género. Pues éste maltrata a su esposa en repetidas ocasiones. Además actúa de manera similar con sus empleados y sus grandes estrellas del mundo animal.

En definitiva Agua para elefantes es un drama romántico al más puro estilo clásico, y del que cabría destacar su cuidada ambientación, pues se trata de un fiel retrato de la década de los 30 y su delicada y armoniosa banda sonora a cargo James Newton Howard (mención especial a los temas más jazzísticos).


Nota Making Of: 7

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