24 dic 2011

'The Artist', la elegancia del cine mudo

Cartel de la película The Artist, de Michel Hazanavicius
Estamos en el S. XXI. Un siglo en el que las nuevas tecnologías están a la orden del día; un siglo en el que las películas en 3D comienzan a ser habituales. Así pues ¿quién podría imaginar que una película muda y en blanco y negro iba a revolucionar no sólo a la industria cinematográfica sino a los críticos de medio mundo?

El valiente en desafiar a los tiempos ha sido el francés Michel Hazanavicius, director del film, que ha querido rendir homenaje a los inicios del Séptimo Arte.

La película nos sitúa en el Hollywood de 1927. George Valentin es un prestigioso actor del cine mudo que se encuentra en la cima del éxito pero que verá como su fama se desvanece con la llegada del sonoro hasta caer en el olvido. En contraposición, Peppy Miller comienza a despegar con la decadencia del cine mudo y llegará a convertirse en una gran estrella.

The Artist nos lleva por la vida de estos dos actores y por los primeros pasos de la industria cinematográfica. Nos descubre el Hollywood de aquéllos años (que no ha cambiado tanto como uno cree) y nos enseña, por si acaso lo olvidamos, que la fama es simplemente un estado transitorio de la vida y que el reconocimiento, para bien o para mal, no es permanente, puesto que depende de muchos factores que el ser humano es incapaz de controlar.

La película está muy lograda y evoca a la perfección ese primer cine en el que sobraban las palabras; ese cine en el que los actores tenían que decirlo todo con una mirada, una sonrisa, un gesto.

Escena de la película The Artist, de Michel Hazanavicius, con Jean Dujardin y Bérénice Béjo

The Artist es un largometraje mágico que emociona al espectador con su belleza y originalidad. Los amantes del cine clásico adorarán esta película, pero los incondicionales de las grandes superproducciones también lo harán porque es imposible resistirse a un trabajo tan bien hecho.

La pareja protagonista, Jean Dujardin y Bérénice Béjo, hace un trabajo de interpretación impecable digno de actores de la talla de Charles Chaplin, Gloria Swanson o Joan Crawford, grandes estrellas del cine mudo.

Por todo esto (y todo lo que los espectadores experimentan mientras ven la película) merece la pena ir al cine a ver esta pequeña obra maestra. El único aspecto negativo sobre The Artist es que se proyecta en pocas salas, en comparación con otros títulos más comerciales, y en este punto, ni director ni actores han tenido responsabilidad alguna.

Nota Making Of: 9

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